Percepciones

¡¡¡ Wuuaann, Wuuuaann, ALERTA SISMICA !!!
Rubén Barrera Millán
Los citadinos (para los de provincia, chilangos), estamos acostumbrados a escuchar anuncios por los altavoces de las calles, como parte de los servicios de seguridad y emergencia.
A veces con “Falsas” alarmas, a veces con mensajes de seguridad, pero la verdad siempre que escuchas el “¡Wuuuannn, Wuuuannn! No puedes evitar ponerte tenso y muy atento.
Cada 19 de septiembre, desde 1986 se vienen realizando los “Mega-simulacros”. En este año, no fueron tan extra-ordinarios, pues apenas el día 7 de Septiembre a las 23:49 hrs tuvimos un temblor de 8.2 grados… y sí, sonó la alerta sísmica.
Justo el día de hoy a las 11am sonó la alerta sísmica como parte del “Mega-simulacro” anual. Ya después del temblor del día 7, hasta nos reímos nerviosamente al escuchar la alerta de hoy y seguimos en la oficina trabajando tranquilamente.
Estaba dando una conferencia en Plaza Carso (cerca del área exclusiva de Polanco), en el 6to piso, y a eso de las 13:07 pm sentí que el piso “vibraba”, algo como lo que siente uno a nivel de calle, en la CDMX cuando pasa un tráiler muy pesado, pero ¿en el 6to piso sentir esto?, de inmediato les dije, “Esta temblando, vámonos porque estos temblores son los peligrosos”, justo decía esto, cuando comenzó la fatídica alarma “Wuuuannn, Wuuuannn, ¡Alerta Sísmica!” ya para ese momento, caminábamos por el pasillo para llegar al cubo de los elevadores. Conforme avanzábamos, sentimos que el movimiento cambiaba a un vaivén circular, a tal grado que no podíamos ya caminar, si no fuera agarrándonos de las mesas y paredes. Parte del plafón cayó, junto con un grito de desesperanza.
Ya en el cubo, todos viéndose con nerviosismo y la pregunta: “¿Aún no termina?”, y la negra respuesta: “No”. Me acordé y mandé un mensaje a mi esposa: Estoy en plaza Carso, en el piso 6… por cualquier cosa.
Ya después de 10 min llegaron los brigadistas del piso e indicaron que podíamos seguir las actividades… si claro… ¡Ahí nos vemos! La gran mayoría comenzó a bajar y salir a las áreas verdes entre los edificios, en las calles y camellones. Después de 15 minutos, se dio la orden de desalojar los edificios. Las calles llenas de gente viendo su oficina, su escritorio su lugar de trabajo.
En las calles, un verdadero caos, entre la ocupación por las personas que esperaban afuera de los edificios y los coches que no podían pasar.
De inmediato al terminar el temblor, todos a tratar de llamar a las líneas de fijas de las casas, imposible, por celular, 1 de cada 10 intentos, la mejor opción: Mensajes por Whats y Facebook.
Ya abajo algunos bromeando, ¿qué hacen aquí? ¡Vámonos a trabajar!... no sabíamos la verdadera magnitud del sismo.
Conforme pasó 1 hora comenzaron a salir en los medios de comunicación y redes sociales, videos de edificios colapsándose. ¡Qué horror! Otra vez como en el 1985.
Normalmente, cada 19 de septiembre en la noche vemos reportajes de recuerdo del ´85. ¡Que triste es ver que esto está pasando otra vez!.
49 edificios colapsados. El más triste es una escuela donde aún en este momento sacan cuerpos y niños con vida.
Ante estos eventos, podemos dimensionar cuán frágil es nuestra existencia, nuestra sociedad, nuestra vida misma. En un par de minutos cambió para todos… y aún hay quienes dicen que no hay Dios.
No hay suficiente preparación para estos eventos, pero sin duda, todas estas experiencias han hecho que cada vez sean menores las consecuencias, y sobre todo, tener una esperanza, una preparación, una fe, es la mejor ayuda, ya que puedes aceptar estos eventos como una manifestación del poder de Dios y que al final tú estás en sus manos. Con esto en mente, tienes la serenidad y cabeza más fría para actuar de manera asertiva.
19 de septiembre, es un día que recordaremos todos los habitantes en la CDMX, tanto por hoy como por el terremoto de hace 32 años.
Nuestra más sincera solidaridad para todos los afectados.