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Los desastres son algo serio


Sin un pelo de…

Por Sergio Villa Pérez

México y particularmente el sureste sufren por el impacto de los efectos de los sismos; la Ciudad de México es la zona más frágil que tenemos y lamentablemente es la más poblada, es la que ofrece más riesgo a sus habitantes; y la que menos respeta la reglamentación existente para la construcción de edificios habitacionales.

Septiembre ha sido el mes de las desgracias; el 7 y el 19, recientemente, y, es precisamente este último; cuando se registran los movimientos telúricos que más daño se ha registrado en la capital del país y que de nueva cuenta ha puesto a prueba a los grupos de emergencias; y claro a la sociedad.

Pero de nuevo se dieron muestras de inmadurez entre autoridades, ciudadanía, y medios de comunicación.

Ya se había logrado un avance importante en materia de desastres, con la presencia de los fenómenos meteorológicos, México logró resultados muy valiosos, reducción de muertes de persona y daños en estructuras por el paso de huracanes en Quintana Roo, Chiapas, Veracruz y otros estados.

Sin embargo durante los dos sismos el del 7 y el del 19; de nuevo se cayó en la improvisación y la indolencia y cito el caso de la supuesta niña que estaban tratando de rescatar en el Colegio Enrique Rébsamen, de la delegación Tlalpan, al sur de la capital.

La supuesta niña la generó un voluntario rescatista, de los llamados “Topos”, un grupo que aparentemente fue muy importante su participación en los sismos de 1985 y que se han hecho necesarios en diversos escenarios de crisis por el mundo y a quien le siguen dando espacios, ellos crearon el mito y se llevaron entre las patas a mandos de la Marina, los medios de comunicación y a la sociedad.

Ellos abundaron en la “ayuda solidaria” y para jalar rating para algunos medios de comunicación, sobre todo los electrónicos se subieron al tema.

Cuando ya fue insostenible la presencia de la niña, fue el mando de la Marina el que reaccionó y los medios, sobre todo los que tienen el mayor espacio se rebelaron y pretendieron lavarse las manos y cargarle la culpa al almirante.

La honestidad del Oficial Mayor de la Secretaría de Marina, Almirante José Luis Vergara Ibarra, su formación militar y ética fue la que lo llevó a reconocer que la búsqueda de la niña fue un error, ya que jamás se tuvo evidencia real de su presencia, pero nunca dijo que fue un “topo” el que les llevó ese cuento.

Por ello a través de este medio le hago un reconocimiento a toda la infraestructura de Protección Civil que fue construida en todo el país, pero con mayor acierto en Jalisco, donde el Mayor Trinidad López Rivas, un profesional dedicado desde el inicio de su vida productiva a las emergencias, primero en el Cuerpo de Bomberos de Guadalajara y hoy como Director General de la Unidad Estatal de Protección Civil de Jalisco.

Con la visión de un profesional el Mayor configuró un equipo de expertos en atención de desastres que hoy encabezan a los grupos de Búsqueda y Rescates en la atención de los sismos en todo el país y su grupo USAR dirigidos por los comandantes Moreno Cacho y Martínez Murillo; quienes de manera callada y experta colaboran en el rescate de personas vivas o sin vida en la Ciudad de México.

Además la Unidad Estatal de Protección Civil es la única en todo el país que cuenta con un miembro del Grupo Especial de Atención de Desastres de la Organización de Naciones Unidas, ya que la experiencia y capacidad de su personal es reconocida a nivel internacional.

Por eso ya es momento de dejar la tarea a los expertos, ya México debe de hacer a un lado los protagonismos de grupos de “voluntarios” y de la supuesta solidaridad que nos pone de pie; México tiene la capacidad para prevenir pérdida de vidas humanas por los desastres naturales a los que nos enfrentamos.

Pero hay que reconocerlo.

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