Escaño abierto
Un voto responsable y razonado
Arturo Zamora Jiménez
19 de junio de 2018
A doce días de que se lleven a cabo las elecciones más trascendentes de la historia moderna de México y una semana después del último debate entre los candidatos a la presidencia de la República, sus posiciones se definen con mayor precisión y los mexicanos vemos con claridad lo que cada una de estas opciones significa para México.
José Antonio Meade fue, otra vez, el candidato mejor calificado por los analistas, líderes de opinión y la sociedad en general, por la solidez de sus propuestas y la congruencia de sus posiciones en las materias que se debatieron.
Más aún, sus adversarios lo perciben ahora como una seria amenaza a sus aspiraciones, toda vez que ha rebasado al que estaba en segundo lugar y mantiene una tendencia ascendente que le permitirá alcanzar y rebasar al puntero en las encuestas y, de este modo, ser electo presidente de la República.
Ricardo Anaya radicalizó sus amenazas ante la carencia de pruebas que aclaren los señalamientos de ilícitos que pesan sobre él y ha operado con empresarios afines para que oculten los resultados de encuestas que muestran, claramente, su caída estrepitosa en las preferencias electorales.
Anaya quedó bien retratado por Salvador Camarena en la revista Letras Libres de junio: un “llanero solitario”, un “nerd de la política” y, en voz de sus colaboradores, un controlador, corajudo, neurótico, desleal y grosero; según su coordinador de campaña, Jorge Castañeda, “se chingó a todos para llegar” a la candidatura, hasta terminar por liquidar a su partido.
López Obrador también radicalizó sus posturas y declaraciones y se muestra abiertamente comprometido con sus aliados más violentos, como son los maestros de la CNTE de Oaxaca, a quienes defiende de los ataques de “difamación, condena y satanización” en los medios de comunicación. El dueño de Morena se ha olvidado del discurso moderado y amoroso y ahora se abre de capa y declara sin tapujos: no a la reforma educativa y sí a la intervención en la industria petrolera.
En los nueve días que restan de la campaña presidencial, López Obrador pretende amarrar el voto duro y radical que cimienta su fuerza y ha desplazado una avanzada magisterial a la Ciudad de México, con marchas que la tienen desquiciada.
A doce días de la elección que va a definir el futuro de México y la suerte de nuestras familias en lo inmediato, no tenemos un minuto que perder: tenemos que movilizarnos, convencer a nuestros allegados y tomar plena conciencia de las amenazas que se ciernen sobre México.
Circula en las redes sociales una convocatoria a organizar el “voto útil” en plataformas de comunicación y con base en un sistema concentrador de encuestas. El grave riesgo de manipulación del voto que está detrás de esa iniciativa, es que la sociedad podría ser víctima del doble engaño de un acumulado de encuestas viciadas y de un resultado artificioso, un verdadero monstruo tecnológico de la era de la posverdad.
No se elegirá a un candidato, sino a un presidente. Por ello, lo único seguro y confiable es hacer un uso razonado del voto útil, ejerciendo un voto responsable a partir del convencimiento de que el hombre mejor preparado y honesto, el que tiene la capacidad de mantener unido al país y de velar por los intereses de todos los mexicanos, es el candidato de la coalición Todos por México, José Antonio Meade.
[1] Secretario general de la CNOP.