Casas de UDGVirtual promueven desarrollo de las comunidades
Un caso de éxito es la Casa Universitaria de Tizapán el Alto, Jalisco
Tizapán el Alto, Jalisco a 13 de julio de 2018.- Además de llevar la educación y reducir la brecha tecnológica en los municipios alejados de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), el Programa Comunidades de Aprendizaje y Servicios Académicos (Casa) de UDGVirtual, fortalece el desarrollo social de las comunidades.
En este municipio que se localiza a 114 kilómetros de la ciudad capital, cruzando el Lago de Chapala se encuentra la Casa Universitaria de Tizapán el Alto, que cuenta con alrededor de 800 usuarios al mes entre estudiantes de bachillerato y licenciatura, así como los participantes de distintos cursos y los talleres infantiles.
Este programa, que cumplirá 15 años en 2019, cuenta con una red de 44 sedes ubicadas en 26 municipios de Jalisco. Gracias a estas Casas, personas de todas las edades que no cuentan con computadora en su hogar, tienen la oportunidad de estudiar bachillerato, licenciatura o posgrado, en poblaciones donde no hay algún centro universitario.
El Director Académico de UDGVirtual, doctor Jorge Alberto Balpuesta Pérez, señaló que este programa ofreció en 2017, 48 cursos de capacitación abiertos a la ciudadanía y servicios de asesoría en trámites escolares.
“Tenemos, como objetivos, combatir la brecha educativa y tecnológica en entornos sociales excluidos de servicios educativos y del acceso a recursos científicos y tecnológicos; acercar los servicios educativos y programas de educación continua a quienes por, condiciones geográficas, sociales o económicas, no han tenido acceso a servicios educativos, y favorecer el desarrollo social a través de la apropiación del conocimiento por parte de las comunidades, para que generen estrategias que mejoren sus condiciones de vida”, dijo.
La responsable del Programa de Extensión de UDGVirtual, doctora Noemí Moreno Ramos, declaró que el Programa de Casa Universitaria se concibe como un proyecto social.
“Ni las universidades ni las revistas indexadas son los poseedores del conocimiento. En estas comunidades también hay conocimiento valioso y generamos un círculo virtuoso para cumplir las tres funciones sustantivas de la UdeG: educación, investigación y extensión. Nos vinculamos con la comunidad para aprender de ellos”, afirmó Moreno Ramos.
Por eso la Casa de Tizapán es un caso de éxito, ya que además a los estudiantes se le apoya con algún trámite, ya que se ha convertido en un punto de cohesión social, reflexionó la Jefa de la Unidad de Promoción de UDGVirtual, licenciada Laura Topete González.
Tizapán el Alto es un municipio de 23 mil habitantes, donde las principales actividades económicas son: la agricultura (cebolla, jitomate y chile), la pesca y la ganadería. La migración es un fenómeno común, pues los jóvenes suelen ir por periodos de seis meses a Estados Unidos, lo que ha encarecido la mano de obra para las actividades agropecuarias, detalló el Secretario del Ayuntamiento de Tizapan El Alto, Carlos Navarrete Garza, quien calculó que hay alrededor de mil 500 migrantes jóvenes.
Lucía Méndez Buenrostro, promotora de la Casa Universitaria de Tizapán y egresada de UDGVirtual, comentó que antes de 2009 los jóvenes que egresaban de la preparatoria no tenían una institución donde estudiar.
"Fue una gran oportunidad encontrar UDGVirtual, inaugurada en 2009, pues los jóvenes, pudieron aprovechar estas instalaciones. La comunidad ha hecho propio este proyecto”, dijo.
Dijo que de los 800 usuarios que mensualmente se reciben, hay jóvenes y niños, 73 de ellos son estudiantes de UDGVirtual que no tienen computadora en su casa; el resto vienen por los talleres culturales y a leer en la biblioteca.
“Se han dado casos maravillosos como el de una señora que terminó aquí la primaria, la secundaria y la prepa”, destacó.
Entre los talleres que se ofrecen destacan: cómputo, inglés, violín y lectura para niños, además de un huerto de cultivo orgánico, que es muy concurrido, ahí siembran para autoconsumo, lo que fortalece la dieta de las familias y representa un ahorro económico.
En dicho huerto se siembra pepino, jitomate, zanahoria, lechuga, cebolla, betabel, apio y otros productos. Las madres de familia y los niños se involucran sembrando todos los días y cosechando lo que necesitan.
"Ayudamos a los pobladores en sus necesidades. A la gente mayor, sobre todo, les sacamos copias fotostáticas, les imprimimos la CURP, hacemos trámites de becas a quienes no saben usar computadoras, se les imprimen los recibos de la luz o se les hacen citas de pasaportes o escaneo de documentos”, agregó Méndez Buenrostro.
Durante un recorrido por la Casa Universitaria de Tizapán, se habló del programa de lectura infantil que promueve la maestra de la localidad, Elsa Guzmán, y se ofreció un recital de cuerdas con el grupo Violines de Casa, a cargo del profesor Chris Martin, originario de Londres, Inglaterra, quien dijo que se enamoró del proyecto.
Se presentaron además los proyectos productivos que emprenden cooperativistas de Tizapán, quienes lanzaron el producto “Alga spirulina”, que contiene clorofila y 21 aminoácidos para la salud, y que pretenden comercializar fuera de la localidad.
La doctora Noemí Moreno dijo que el presupuesto básico para todas las Casas Universitarias es de dos millones de pesos anuales. Actualmente, cuentan con 44 sedes y se analizan nuevas aperturas, entre ellas, una en la zona wixáritari.
“Nuestros retos a corto plazo son ampliar cobertura, consolidarnos como núcleos de desarrollo comunitario, generar un vínculo local-global con programas similares y aumentar la difusión del programa, así como un diagnóstico de las comunidades para determinar cuántas Casas abrir, pues la mayoría están en instalaciones de presidencias municipales y los promotores son pagados por los ayuntamientos. Solamente Tizapán, Yahualica y Ayotlán están en instalaciones de la UdeG”, afirmó Moreno Ramos.