top of page

México y el Estado de Derecho: ¿Nos queda algo?


Por Juan Carlos Hernández A.

  • La buena vida humana es buena vida entre seres humanos o de lo contrario puede que sea vida, pero no será ni buena ni humana.

  • Fernando Savater, escritor, filosofo, ensayista y novelista.

Quisiera escribir palabras hermosas y románticas de lo bien que le estuviera prosperando el país en la economía, inversión, producción, educación, salud pública, seguridad y demás, pero precisamente no es factible hacerlo, derivado de los acontecimientos próximos pasados que han asolado, no al estado de Sinaloa, no por desgracia, sino a varios otros estados más, cada uno con sus propias características, respecto a los sainetes de la delincuencia organizada y no; tenemos pues que exponer y no lo escribo con afán de ridiculizar o siquiera exhibir a nadie, la fallida, la innegable y la indiscutible errática forma de establecer y defender y hacer cumplir el Estado de Derecho según lo describe la carta magna de nuestro país.

Dejar hacer y dejar pasar, a quien sea por encima de la constitución; ¿esto es posible? Usted tiene la respuesta. No planear en lo referente a la estrategia de seguridad pública o al menos si ya está planeado, pues aterrizar, hacerlo realidad, en beneficio del cuidado que por ley debe darse a la ciudadanía en general, pues al caso no se ve ni cómo ni por dónde, en verdad se asome un respiro para paliar este cáncer que llama a la destrucción y desolación de lo que mucho mexicanos reclaman: un país seguro.

Qué lejos estamos de ello, pues si es verdad que este mal existe desde siempre, lo que sí es que ha venido creciendo descomunalmente y cada vez más y no creo que sea por falta de presupuesto, instituciones o personal, no será más bien por falta de buena voluntad, bueno siquiera de cumplir y hacer cumplir la ley; nada más y nada menos, a eso se comprometen quienes toman protesta en su oportunidad al tomar un cargo de cualquier nivel de gobierno.

Las condiciones no están dadas, como para echarse para atrás en ningún sentido; debe imperar el Estado y el Derecho, sea como sea hay una norma que cumplir, y no lo contrario, nos orillamos a pensar que las circunstancias cambian, si eso puede ser, pero el qué y el cómo hacer cumplir la ley suponemos no debería cambiar ni en un ápice.

Mal parados estamos ante la opinión pública del país y del mundo por desgracia, cuando no hacemos lo que corresponde en esta delicada tarea de gobernabilidad, ¿entonces qué falta? Respuestas hay muchas…usted tiene la palabra.

México no es ni será lo que antes fue, hoy no, porque ya la paz social está vilipendiada, manipulada y quizá de pie, pero mal parada. A propósito, del pasado 12 de octubre día de la raza, los mexicanos aguantamos por este mestizaje que nos distingue de entre las demás naciones; empero hasta cuándo y hasta cuánto resistiremos la inseguridad que impera por doquier.

O sino pregúntese amable lector, si ha sido objeto de un asalto, conoce a alguien que le han quitado sus pertenencias, su paz, su tranquilidad, definitivo que sí. No hablemos de estadísticas usted las conoce, las ve a diario en los noticieros, lo pulsa, lo ha sufrido. Ya es parte de ellas desgraciadamente.

Y como el comercial de la muy conocida Cheyene: ¿Y el estado de derecho apá? Como para cuándo…Dios nos guarde, pues sino quién.

*El autor es Maestrante en Gestión Social y Políticas Públicas

1 visualización
Anuncios
Ponte en contacto

¡Gracias por tu mensaje!

bottom of page