¿Necesitamos una nueva ley sobre educación privada?
Por Juan Carlos Hernández A.
"La educación es nuestro pasaporte para el futuro, porque el mañana pertenece a la gente que se prepara para el hoy".-Malcolm X.
Los programas educativos en las escuelas en México son aceptablemente buenos, ya sean en las instituciones públicas y aún más en las privadas, sin embargo no impide que cada día se modernicen y actualicen en la inteligencia de ser más competitivas en lo nacional como en lo internacional; es así como tenemos muy reconocidas escuelas de nivel universidad, preparatorias y técnicas que han egresado mucho talento humano a través de los años.
La competitividad académica es muy importante y en ello se hace hincapié de perfeccionar su enseñanza tanto las universidades públicas como privadas, que son el último peldaño o escalón para todo profesionista. Presumimos de calidad de exportación en diversas áreas educativas.
Pues trasciende que hay una ocurrencia más ahora en el hermoso estado de Puebla, en donde hay una Ley que promueve el gobernador y que pretende un mayor control sobre la educación privada y sus instituciones en todos los niveles educativos.
Es así como el pasado 15 de mayo el congreso estatal, que está conformado en su mayoría por diputados de una corriente partidista ahora en boga en la política nacional, aprobó una iniciativa de ley para que el Poder Ejecutivo como la Secretaria de Educación de ese estado tengan injerencia, intervencionismo o use, amable lector, el termino que más le plazca; para tomar parte de decisiones y cuestiones administrativas que solo son competencias de las escuelas de carácter privado.
Hacer una ley sin consultar a los interesados, es violatorio a todas luces, a la autonomía que garantiza costear y mantener una escuela privada, simplemente no es posible que a rajatabla y por que sí, se determine la intromisión abusiva en la estructura administrativa, presupuestal y bueno, hasta determinar los nombres y colores de cada escuela; qué retrógradas ideas y falta de sentido común.
Aunque se espera que se promueva un amparo de al menos de 25 instituciones afiliadas a la Federación para le Defensa de Escuelas Particulares, antes del 30 de junio, fecha en que vence el plazo para hacerlo, además de que algunos representantes de partidos políticos hagan lo propio ante la Corte.
Según la Secretaria de Educación Publica en Puebla están registrados hasta septiembre de 2019, 3 mil 426 escuelas privadas de educación básica, media y superior que representan al 22 % de las 15 mil 383 instituciones que existen en la entidad.
En el artículo 123 Constitucional ampara la educación privada y ordena que se debe integrar en sus programas, calendarios escolares y planeación a la misma de las escuelas públicas, nada más. Pero no dice que deba existir un sometimiento de las finanzas, infraestructura y de fiscalización o determinación y revisión de cuotas.
Cuál es el sentido de intervenir a las escuelas privadas por el gobierno cuando éstas lo que hacen es aportar al perfeccionamiento humano y oferta educativa para y hacia la sociedad en su conjunto. Es acaso un ensayo de laboratorio de totalitarismo o comunismo, antidemocrático y fuera de toda libertad y autonomía.
Hacia dónde quiere llegar una ley así, en pleno siglo 21 en donde la educación cada vez es más demandante, intercambiable y de alta solvencia ética y moral. Al escribir esta colaboración ya se mueve un link para rechazar por las y los mexicanos esta impresentable reforma a la ley de educación del estado de Puebla. Veamos la reacción. Porque simple y llanamente esto no puede ser.