Los jóvenes presente y futuro de México
*Por Juan Carlos Hernández A.
La vida no trata de encontrarte a ti mismo, la vida trata de crearte a ti mismo – George Bernard Shaw
En el transcurso de mi vida personal como profesional he tenido la oportunidad maravillosa de interactuar con jóvenes mexicanos, como también venezolanos, colombianos, peruanos y coreanos, muy de cerca, a veces en clases de la academia, algunas conferencias, charlas y siempre es agradable intercambiar puntos de vista, cuestionar su sentir respecto a los valores todos; y darnos cuenta qué y cómo piensan. Es normal que te encuentras sorprendentes respuestas con amplio criterio, con madurez, pero también otras con poco contenido valioso, sustentado en el desconocimiento. Quizá sea normal, o quizás no.
Lo que pudiera ser normal es que los jóvenes mexicanos debieran participar en política, en la cosa pública y oh sorpresa, no siempre es así. A nivel mundial existe evidencia de que los ciudadanos entre 18 y 29 años suelen participar menos en actividades políticas que los adultos.
Los datos del pasado 1 de julio de 2018 nos muestran el comportamiento e interés de la participación electoral por un lado y en política por otro (como candidatos a un puesto popular) y encontramos que en edad de los 18 a 29 años como rango distintivo de jóvenes se han manifestado; muestra que de 21 mil 689 candidaturas en todo el país, 2 mil 708 aspirantes tenían menos de 29 años, lo que quiere decir que 12.4 por ciento de candidaturas correspondieron a jóvenes.
Por un lado hay una gran distancia en ciudadanos, jóvenes y su participación en la vida pública, por otra parte la desconfianza que han producido el incumplimiento de normas, de la ley y el desencanto por los resultados que han ofrecido a la democracia, eso explica porque tenemos una débil cultura democrática.
Los números son magros cuando se analiza cómo fueron votados los candidatos jóvenes, de los casi 3 mil candidatos que hubo para renovar la Cámara de Diputados, sólo el 19% tenía menos de 30 años.
De ellos, ganó sólo el 5%, de modo que sólo 28 de los 500 diputados, tienen menos de 30 años.
Los jóvenes no son el futuro de México, son el presente, y deben manifestarse ya como un activo, como un capital humano en las decisiones del país; proactivos con actitud positiva, con ganas de hacer valer su calidad y condición de ciudadanos, porque no son “pueblo” son gente valiosa que conforman y habitan un territorio invaluable como lo es México.
Jóvenes han sido los que han cambiado el rumbo de otros países, los que han denunciado con valor a dictadores, opresores que les han negado la libertad a la que tienen derecho. Revisar la historia del mundo para ver cuán valientes comportamientos han arrojado resultados positivos y se han hecho merecedores de reconocimiento ante la no claudicación de sus propios ideales y propósitos.
Hoy día se hace presente la juventud por cualquier lugar y por varados motivos, sin embargo el resultado obtenido no siempre es el deseable, pues regularmente no logran impacto, o cambios que en la práctica influyan en el tema de decisiones en nuestro país.
Lo que debemos encausar y propiciar es la educación cívica en México, creando conciencia, no solo a los jóvenes también a los niños en general que están ávidos de seguir y tomar buenos ejemplos que les genere bienestar en todo sentido, que les garantice un mejor país, porque pronto ellos serán los siguientes ciudadanos, los que participen en elecciones constitucionales.
Serán merecedores de mejores estadías de vida en todos los rubros, de políticas públicas que transformen su calidad ciudadana, para ello hay que ocuparse de la educación desde casa, como principal rectora, la escuela y luego la sociedad en su conjunto.
Los valores no cambian, las personas son las que cambian los valores; aquilatemos lo bueno, lo ético, lo que eleva el pensamiento, dejemos la acumulada “basura” que se exhibe hoy día, regresemos al orden, cuidemos a la familia, así se salvará la sociedad, porque es ahí donde están nuestros jóvenes y su eterno presente; para que, en lo posible seamos un mejor país.
Jóvenes volver a pensar y a actuar…
*El autor es maestrante en Gestión Social y Políticas Públicas.