Juan Manuel Estrada vs. las alucinaciones del pasado
Eduardo Camacho
Juan Manuel Estrada, presidente de FIND, Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos, semeja en la percepción pública a aquel personaje mítico, blanco por un lado y negro por el otro. No hay, pues, unanimidad respecto a él, incluido el comité del Premio Nobel. Lo que no se puede discutir es la valía de la causa que dice abanderar, los derechos de las niñas y los niños.
Es obvio que se debe proteger a la infancia, pues las niñas y los niños no son juguetes parentales para decorar interiores. Sí, pero es inaceptable e imposible que alguien tenga la exclusividad decisora del asunto desde la vanagloria del activismo buenondista a la carta, desde el recurso retórico de inventar contralorías ciudadanas independientes que derivan en candidaturas a cargos de elección, ni desde el periodismo en carriola que pierde la objetividad abanderando causas en las que se actúa muy revisablemente.
Por estos días, con mala puntería y de manera extemporánea, Estrada la trae en contra de la nueva Procuradora de Defensa de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Jalisco, porque a la abogada especializada en Derecho Familiar, Eurídice Paredes Jaramillo, se le ocurrió ser empleada por el Consejo Estatal de Familia, novedoso en 1998, cuando surgió un escándalo de opinión pública respecto a adopciones que nunca se realizaron.
En aquella ocasión que recordarán, si lo recuerdan, quienes tienen de unos 40 años hacia arriba, Juan Manuel Estrada Juárez promovió en medios de comunicación y ante las comisiones estatal y nacional de Derechos Humanos, denuncias y quejas por lo que él interpretó como delitos –aunque éstos terminarán en la ridiculez propuesta de delito de intento de adopción-. Lo cierto es que las quejas denunciaban “irregularidades”, no delitos.
Estrada tuvo competencia mediática de Elsa Stettner que terminó en desavenencia, pues la fama no se comparte −la abogada Stettner ahora se dedica al animalismo, otra causa aprovechable en la opinión pública−. Otro filón rentable, el de los partidos políticos, se les frustró en 2007 en el entonces Instituto Electoral del Estado de Jalisco, cuando quisieron tener, sin lograrlo, su propio partido, que se hubiese llamado Alternativa Socialdemócrata y Campesina. Como se ve, nadie desde la sociedad civil organizada, resiste un cañonazo de presupuesto público.
En fin, ambas comisiones de Derechos Humanos investigaron los hechos señalados, sin emitir mayor recomendación que solicitar investigaciones legislativas y judiciales que efectivamente se realizaron sin encontrar delito alguno, salvo deficiencias administrativas que la Contraloría del Estado indicó en contra de cuatro personas, pero nunca en contra de Eurídice Paredes Jaramillo.
Estrada Juárez ha solicitado a la actual Comisión Estatal de Derechos Humanos, como medida cautelar, la destitución de la nueva Procuradora de Defensa de Niñas, Niños y Adolescentes, erigiéndose solipsista en juez mediático o mano que mece la cuna. Tal solicitud es absurda, claramente, pero hace ruido, la más común e inútil de las victorias simbólicas del activismo.
Antes y después del año 2001, diversas instituciones públicas municipales y estatales, académicas y colegiadas, dedicadas a la protección de niñas, niños y adolescentes, han empleado a Paredes Jaramillo. Todas esas instituciones se habrán equivocado, supondrá Estrada Juárez.
Como ya estoy grandecito, recuerdo aquella polémica mediática de por 2001, que la oficina de Comunicación Social de un sexenio de novatez oficializada no supo atender. Lo que resultó de aquel escándalo mediático fue la permanencia de niñas y niños institucionalizados por su situación de abandono, frustrada su adopción, condenados a su realidad familiar irresponsable y violenta.
También resultó de aquello la vanagloria de un activista necesario pero no infalible, que dudo se haya hecho cargo de aquellas niñas y niños. ¿Qué fue, ya adultos, de ellas y de ellos? Se sabe por lo menos de uno, quien terminó ya entrado en años en narcomenudeo. Nunca se sabe, pues, si al personaje lo ve uno por el lado blanco o por el lado negro. Pero, cuando se tiene un lado negro, en general se es gris.
¿Para qué acosar y violentar a la nueva Procuradora de Defensa de Niñas, Niños y Adolescentes y su trayectoria avalada por una serie instituciones? ¿Porque en nada jurídico derivará y sí en ruido mediático? Sería mejor que Estrada, Stettner y compañía investigasen qué fue del abogado Carlos López y la Asociación de Padres Adoptivos de Nueva York, que ofrecía paquetes todo pagado, desde la localización de mujeres embarazadas, partos, registro de nacimiento, entrega del bebé, trámite de adopción, firmas de testigos, trámite ante Relaciones Exteriores, incluso hospedaje para los adoptantes, por un pago de 15 mil o 20 mil dólares,
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