La violencia daña el cerebro: Eduardo Calixto González
Guadalajara, Jalisco. 24 de enero de 2024.- El Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco, Dr. Daniel Espinosa Licón, y el Director General de Prevención y Reinserción Social, Mtro. José Antonio Pérez Juárez, dieron la bienvenida y presentaron al Dr. Eduardo Calixto González, Jefe del Departamento de Neurobiología de la Dirección de Investigaciones en Neurociencias del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” de la Secretaria de Salud, quien impartió la conferencia magistral “Causas y consecuencias de la violencia en el cerebro”, en el Salón de Plenos del Palacio Legislativo.
La línea de investigación del Dr. Calixto González se encuentra dirigida a estudiar los procesos neuronales (electrofisiológicos y sinápticos) que explican las adicciones a diversas drogas y modulación conductual sexual, ansiedad y depresiva por diferentes hormonas y neurotransmisores, así como la recuperación funcional neuronal.
El Dr. Calixto González indicó que hay tres factores de desajuste emocional: el biológico, el cerebro, con miles de millones de neuronas, cuya conservación disminuye el estrés y la depresión, y aumenta el raciocinio y los límites valorales; lo psicológico, la relación con el mundo; y lo social, una cultura en la que se aprende comportamientos y se desarrolla una baja o alta autoestima, consumos de sustancias, estratificación socioeconómica y abusos a la infancia, lo que modifica redes neuronales.
Señaló que dormir y nutrirse es muy importante para el cerebro, lo que incluye oxigeno y nutrientes alimenticios, ya que su carencia afecta al cerebro sus distintas áreas de funciones lógicas, de la memoria, de interpretación, de respuesta emocional y de los límites valorales. La soledad, agregó, afecta a las personas, ya que la convivencia vivifica al cerebro.
Además, aseguró que lesiones y alteraciones neuronales provocan predisposición a la fuga o al ataque, conductas anticipatorias, interpretaciones destructivas, impulsividad y violencia.
El Dr. Calixto añadió que detrás de los comportamientos hay un sustrato neuroquímico: dopamina que emociona, oxitocina que frena, opioides que generan adicción, serotonina que nos mantiene en obsesión, vasopresina que nos mantiene activos, cortisol que pone en constante lucha. El desequilibrio en este sustrato, genera actitudes diversas.
Agregó que la violencia reprimida genera dolor psicogénico crónico: se ignora el impulso, se confunde abnegación y ascetismo, el deprimido se reprocha, se devalúa y actúa autodestructivamente. En sentido contrario, se genera violencia, venganza, cada vez más recurrentes en nuestra sociedad.
Indicó también que con la violencia, el cerebro adquiere plasticidad neuronal negativa, entre ello lexitimia, la no detección de emociones y, con ello, una especie de normalización de lo violento; el estrés y la violencia repetidos aumentan el cortisol y éste desactiva neuronas, primero la de la memoria y del aprendizaje. “Todo ello es lo que pasa actualmente en nuestra sociedad y se transmite intergeneracionalmente”.
En términos sociales, apuntó que la violencia tiene como causas a la privación de privilegios, la frustración social, el desamparo y la escasez.
“Quien sufre abuso sexual en la infancia, no desarrolla después los núcleos cerebrales de la felicidad y es insensible incluso al sufrimiento de los demás; cuando se tiene abuso físico en la niñez, disminuye la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, poca integración emocional; la negligencia emocional, la presencia ausente, incrementa de por vida la interpretación de emociones negativas”.
El Dr. Calixto fue enfático en que la población más vulnerable ante la violencia es la de 7 a 14 años de edad.
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