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Escaño abierto


México avanza en democracia paritaria

Arturo Zamora Jiménez[1]

Uno de los resultados más relevantes del proceso electoral de julio es el fortalecimiento reportado en la democracia paritaria. La representación de género alcanzada en el Congreso de la Unión es un paso decisivo en la construcción de la igualdad sustantiva y la maduración de nuestra democracia.

Con la información disponible, se confirma que en la LXIV Legislatura de las cámaras de diputados y senadores, hombres y mujeres tendrán una representación más igualitaria. En la primera, los legisladores varones serán el 50.8% y las mujeres el 49.2%, mientras que en el Senado de la República las mujeres representarán el 51%, en tanto que los hombres el 49%.

En los congresos locales el cambio es similar, pues en 12 de 27 entidades federativas que renovaron su Congreso, las mujeres obtuvieron un porcentaje igual o mayor de espacios de representación.

Estos resultados no son espontáneos o circunstanciales. Son el fruto de la acción ciudadana de mujeres y hombres que han impulsado las reformas necesarias a lo largo de décadas, entre las que destacan el reconocimiento del derecho de las mujeres a votar en 1953, la inclusión en la ley de “cuotas de género” en 1996 y la trascendental reforma constitucional de 2014, que incluye la paridad de género en la postulación de candidat@s.

Según información de ONU-Mujeres, la reforma de 2014 rindió sus primeros resultados a favor de la paridad de género en el proceso electoral intermedio de 2015, ya que las mujeres alcanzaron un promedio de 42% de las curules en la Cámara de Diputados y los 17 congresos locales que se renovaron entonces.

Desde los primeros años de este milenio, advertimos un avance significativo en materia de igualdad de género. En 2003, la Cámara de Diputados tenía un porcentaje de representación de mujeres de 23%; y en 15 años aumentó más de 100%. El avance en el Senado ha sido más notable, al pasar de 15.6% en el año 2000, a 51% en 2018.

De esta forma, México cumple los compromisos adquiridos en diversos instrumentos internacionales y regionales que tienen como objetivo la construcción de la igualdad sustantiva. Actualmente, nuestro país se ubica entre los 10 países con mayor paridad de género en los congresos, según datos del sistema de Naciones Unidas para las Mujeres.

La ONU coloca a nuestro país como uno de los doce países del mundo que establecen la paridad de género en su marco legal. Entre ellos destacan en Europa, Francia y Bélgica; en África, Senegal y Túnez, y en América Latina, Bolivia, Ecuador, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y Panamá.

Estos elementos tienen un valor cuantitativo que se fundamenta en acciones afirmativas que buscan subsanar la desigualdad de género en la representación política, como es la obligación de incluir un número mínimo de mujeres en los órganos de gobierno (las llamadas “cuotas de género”) y la paridad de género por norma. En el mediano plazo, este proceso cobrará un significado cualitativo que hará que esta igualdad se exprese de forma natural, haciendo irreversibles los logros normativos.

La participación de las mujeres en los espacios de representación política nutre la vida institucional y los procesos de toma de decisiones y fortalece nuestra democracia, ya que la igualdad de género en el marco de la pluralidad política enriquece la visión y el quehacer público y permite ofrecer soluciones que incorporan diversas dimensiones de los problemas del país. Enhorabuena por este avance de la democracia mexicana.

Secretario general de la CNOP.

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