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Sólo con empatía




Dr. Luis Octavio Cotero Bernal.


México vive la peor época de su historia y la vive en todos los sentidos y factores a los que, pudiera referirme.

 

Vivimos en un país en el que, el estado de derecho se encuentra ausente, no figura desde hace varios años. ¿Por qué llegamos a este estado actual: jurídico, político, económico y social? Desde mi punto de vista, nuestro estado actual se debe en gran parte a la total anarquía que, impera en los cuatro puntos cardinales de nuestro país y desde luego, en los tres niveles de gobierno.

 

Como país, hemos venido de más a menos, pues es indiscutible e incuestionable que, nuestra economía familiar se deteriora a diario, pero cómo no va a sufrir detrimento si, nuestras instituciones públicas, esas encargadas de la administración y la impartición de la justicia, desde hace ya bastante tiempo, se encuentran sometidas, bien por los titulares del poder ejecutivo, bien por la delincuencia organizada. Lo cierto es que, ni se administra ni se imparte la justicia.

 

En la actual administración pública federal, el senado de la república en al año dos mil veinte, aprobó la eliminación de ciento nueve fideicomisos, a fin de trasladar a la Secretaría de Hacienda el manejo directo de los recursos. Entre los fideicomisos que, desaparecieron estaban algunos fondos Conacyt, el Fondo Metropolitano, el Fondo Nacional de Desastres Naturales, el Fondo Minero y el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine por citar sólo algunos. Rubros como los servicios médicos y los subsidios a las estancias infantiles, también se vieron severamente afectados en la actual administración.

 

A lo anterior, hay que sumarle que, el rumbo de nuestro país se encuentra en unas solas manos, pues todos los recursos económicos, se han depositado, de acuerdo a la ley vigente, en manos del comandante supremo que, aunque una mayoría diga lo contrario, nuestra realidad social actual, no nos permite afirmar que, como país estamos mejor bajo el régimen de ese comandante supremo.

 

Desde nuestra trinchera, no queremos darnos por enterados del estado tan preocupante en el que, nuestro país se encuentra inmerso, pero lo más lamentable es que, es esa verdad la que, precisamente nos obliga (de manera urgente), a ser empáticos entre nosotros mismos, ante esta debacle en la que seguimos cayendo, desde hace varios años.

 

En estos últimos cinco años y meses, nuestra condición social se ha desbordado, por lo que, sin más regateos, todos los estratos sociales: económicos, profesionales, intelectuales, laborales, catedráticos, universitarios; personas jóvenes, maduras, nosotros los de la tercera edad, todos estamos obligados a unirnos por una causa común: la nuestra. Es hora de combatir y desterrar, este comunismo que, estamos padeciendo y del que no queremos darnos por enterados. El estado actual de nuestro país, me permite afirmar que, el supremo comandante pretende institucionalizar formalmente, este nefasto sistema que, empobrece a los pobres, enriquece a los ricos y empodera mayormente, a quienes ahora se han enriquecido con el patrimonio de la nación.

 

Es por demás urgente que, los gobernantes, se reencuentren con el pueblo y entonces, volvamos al sistema democrático, ese sistema en el que, no debemos ser sólo espectadores, mayormente cuando nos encontramos en año electoral. No pasemos por alto que, una gran parte de los actores políticos, aspirantes a los puestos claves, son sólo personajes egocentristas, algunos creados por las redes sociales, otros con carreras políticas muy cuestionables y otros más que, han sido impuestos por quienes hoy detentan el poder; sin embargo, lo peor para el ciudadano vendrá, cuando ya se hayan afianzado en sus puestos y como suele pasar, se olvidarán de las temáticas que, realmente importan y benefician a la sociedad.

 

Es hora de despertar y hacerle frente a nuestra lastimosa realidad, no con otro propósito que, el de reencausar de nuevo la democracia de nuestro México, pues ésta no será obra de la casualidad, no olvidemos que, el pueblo ya pagó con sangre, el sistema de gobierno que, tenemos actualmente y que, precisamente fue este sistema el que, nos permitió trascender en el contexto mundial.

 

Por todo lo anterior, con el debido respeto que usted merece amable lector, me atrevo a decir que, todo mexicano bien nacido, tenemos el deber de hacer lo necesario, aún a costa de nuestra vida, con el fin de que, el proceso electoral ya en curso, lo ejerzamos con el más alto sentido patriótico y de responsabilidad, para sufragar el día de la elección, por los mejores aspirantes, los cuales tienes que ser diferentes a los que, nos gobiernan actualmente y a los que, ya nos gobernaron, pues fueron precisamente ellos, quienes propiciaron el actual deterioro social que, padecemos en nuestro bendito México.

 

Vamos por México. Vamos por nuestro futuro.

 

Dr. Luis Octavio Cotero Bernal.

Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.

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